viernes, octubre 13, 2006

Yo aunque prefiera los rabos de nube estoy condenado a perseguir el hilo negro de la existencia misma. Alguna fuerza superior determinó que a mi se me deben negar los gustos, los placeres, el amor...vamos, la existencia misma. Me cruzo de brazos y espero un milagro. ¿Y qué creen? No llega. Pasa y se va de largo como las llamadas telefónicas que nadie contesta. Riiiiing riiiiing riiiiing y ya.